¿Es la arquitectura un medio de expresión artística o una profesión limitada por paradigmas académicos y sociales? El campo de la arquitectura, como instrumento de transformación y progreso en una sociedad, se asocia a discusiones académicas y teóricas sobre la belleza estética y la funcionalidad de los espacios. Sin embargo, la profesión no se limita a eso ya que, desde tiempos pasados, la misma ha servido como un medio de expresión artística, emocional y cultural. Por lo tanto, sería erróneo negar una parte de la disciplina para favorecer a otra ya que es en la mezcla de ambas vertientes de pensamiento que se encuentra realmente lo que es la arquitectura y, por consiguiente, el rol del arquitecto en una sociedad.
Algunos arquitectos toman un acercamiento casi científico hacia el diseño, donde se debe operar bajo una fórmula predeterminada para lograr un espacio agradable. Por ejemplo, Durand propone una arquitectura que se compone de un arreglo intencional entre partes del edificio. Cada parte contiene unas propiedades intrínsecas que se deben estudiar, definir y entender antes de implementarlas en un espacio que también tiene sus propias cualidades. Para Durand, la arquitectura se crea al llevar un exhaustivo proceso analítico que permite dar con las proporciones correctas de intercolumnios, la cantidad adecuada de ejes, la geometría de espacios y volúmenes, y con la combinación de partes adecuadas para un programa determinado. El acercarse a la arquitectura de una forma formal no limita al arquitecto de crear obras impresionantes e interesantes, como podemos apreciar en la obra de Moneo. Sin embargo, si la arquitectura es basada mayormente en una serie de normas que ha de seguirse con rigurosidad, entonces la figura del arquitecto no es del todo necesaria ya que, en teoría, cualquier persona podría seguir esas instrucciones pre-establecidas para crear arquitectura.
Por otro lado, existen arquitectos que sienten la disciplina como algo mayormente emocional, donde se parte reconoce el contexto real de una obra, pero este no limita el proceso de diseño y creación. Nombres como Alvar Aalto y Jorn Utzon toman este tipo de acercamiento y el resultado son obras impresionantes que desafían lo establecido. A pesar de que sus obras permiten cuestionar aseveraciones teóricas de la arquitectura, la realidad es que sus proyectos potencian el campo y la profesión y expanden el horizonte de lo que es posible lograr. Esto último es lo que hace que la figura del arquitecto siga siendo relevante ya que esta corriente de pensamiento le inculca a la profesión un grado de individualidad que es difícil encontrar en otras disciplinas fuera del arte. Además, esto permite que la expresión artística humana permanezca pura ya que libera al arquitecto de ciertos prejuicios que pudieran estar insertados en los paradigmas arquitectónicos.
En conclusión, la arquitectura es un campo que permite ser abordado desde distintos tipos de acercamientos teóricos y prácticos. Cada vertiente permite la creación de obras impresionantes y únicas, después de todo, la arquitectura es arte y una profesión que se puede y debe de estudiar. Sin embargo, algunas vertientes permiten una libertad de expresión mayor que otras. Es menester de cada individuo perseguir el camino que considere el más adecuado para su carrera profesional ya que cualquier camino puede resultar en la creación de un espacio agradable y memorable.
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